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Fue incluido en la colección del Real Sitio de Carditello en 1817 y colocado en el Vestíbulo de la Entrada Oeste, después pasó a la escalinata monumental, donde permaneció hasta que el Real Sitio se desocupó.
Esta obra pertenece la serie inédita de cinco paisajes encargada a Pieter Mulier, conocida como «il Tempesta» (la Tormenta), para reemplazar algunos retratos de caza. En el cuadro se representa a hombres ocupados en sus actividades diarias, como los dos junto al arroyo, concentrados en la pesca.
Esta colección aparece en un antiguo inventario como la «escuela de Castiglione», sin embargo no podemos descartar que fuera mucho más extensa y tuviera un carácter narrativo. Lamentablemente, es difícil confirmar esto debido al desmembramiento causado por las diferentes reubicaciones que ha sufrido.
Es muy probable que esta serie perteneciera a la Colección Farnesio, donde se recogen algunas representaciones paisajísticas, todas atribuibles al estilo del flamenco Pieter Mulier.
Sus pinturas se caracterizan por una atmósfera serena y pastoral, en la que la naturaleza humana, los edificios y los animales casi se pierden, actuaron como puente entre el paisaje romano del siglo XVII y el veneciano del siglo XVIII.