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El tapiz El rey Enrique IV recibe al primer ministro Sully está confeccionado con lana y seda, tomando como modelo uno realizado por Fedele Fischetti, desafortunadamente perdido. En él podemos encontrar la inscripción «Duranti, Nápoles 1791», que certifica la fábrica de producción y la fecha de ejecución.
El escenario que sirve de fondo representa el apartamento real de Enrique IV, con detalles como una magnífica arquitectura adornada con estatuas, un suelo trabajado y un noble balcón enriquecido con cortinas carmesí. Entre estas últimas, destaca una representación a tamaño completo de Hércules, colocada en una hornacina, junto a un busto sobre un pedestal. Este busto se sitúa entre una silla y una pintura que retrata a Júpiter ahuyentando a los Titanes, un homenaje emblemático a las hazañas de Enrique IV, ancestro de Fernando IV de Borbón.
En este lujoso palacio es donde Enrique IV recibe a Maximiliano de Sully, quien se arrodilla ante él en presencia de tres guardias reales.
Esta escena central subraya el papel crucial que desempeñó el ministro durante las guerras religiosas que azotaron a Francia. Se dice que el calvinista Sully, tras escapar de la Masacre del Día de San Bartolomé en 1593, se convirtió en un consejero de confianza de Enrique IV. Fue él quien sugirió al soberano convertirse al catolicismo para ser rey de Francia y traer paz al reino.
Con posterioridad, Sully fue nombrado miembro del Consejo de Finanzas y posteriormente ministro, impulsando numerosas y significativas reformas.